Antonio, un alumno como vosotros que un explicó a su profesor por que no podía estudiar.
¿Estudiar? ¿Venir a la escuela? ¡Qué más quisiera yo, profe!
¡Pero si no tengo tiempo!
Duermo ocho horas diarias que, sumadas, dan 122 días por año.
No hay clases los sábados ni los domingos, que suman 104 días por año.
Tenemos 60 días de vacaciones de verano.
Necesito tres horas diarias para las comidas, que son más de 45 días al año.
Y no me va a negar dos horas diarias para jugar, es lo propio a mi edad, en total 30 días al año.
Pruebe, pruebe, repase las cuentas y verá en que total da 361 días
Sólo me quedan cuatro días para estar enfermo. Y ni siquiera he contado las vacaciones de Navidad, de Semana Santa y otros días festivos.
Pobre profesor.
Algo no anda bien aquí, pensó.
¿Qué es lo que no anda bien? Puedes ayudarle y explicar donde esta el error del “superocupado” alumno.
jueves, 28 de enero de 2010
miércoles, 27 de enero de 2010
RESTUDIO SOBRE LA INTELIGENCIA
Suscribirse a:
Entradas (Atom)